Siendo rigurosa con los términos, cuarentena no son 15 sino 40 días. Opino entonces que esa palabra, ese número y ese tiempo tiene su motivo y requieren de un periodo primero de protección, luego de reflexión, llegando finalmente a la adaptación, renovación y reinvención. Es por ello, por lo que he creído conveniente tener un perfil bajo dentro de las materias que por mi profesión domino, que ahora a la fuerza, nos hemos dado cuenta de que no es que fueran necesarias, sino que casi que ya son obligatorias. No he querido agobiar y atosigar más a la gente, en estos tiempos tan convulsivos, haciéndome notar o intentando venderles lo que no tienen, aún sabiendo que es para muchos un buen remedio a sus problemas. Principalmente he actuado pensando en lo que me gustaría o no recibir y demandar en mi propia situación y la de personas de mi entorno, su estado de ánimo, ganas etc. Creo que al final, casi todos hemos experimentado una primera fase de miedo y negación, luego hemos tenido que apagar fuegos iniciados con la crisis ( ERTES, reestructuración de empresas y procesos de distribución, etc), hecho esto, hemos pasado del enfado, mucho enfado, a la incertidumbre y ahí fue donde recurrimos a tareas domésticas, principalmente para evadirnos. Finalmente se terminar por aceptar lo que nos estaba pasando y empezamos a ponerle soluciones. Los tiempos depende de cada uno, pero creo que intentar vender o adoctrinar cuando uno está en situaciones límites, es hasta generador de rechazo, aunque por supuesto respeto que otros así lo hagan.
Estas cinco últimas semanas, además de mucho trabajo y tareas pendientes, me he dedicado a observar, viviendo de cerca muchas situaciones, en algunos casos de sólidos empresarios, amigos, conocidos, familiares e incluso en mis propias carnes, experimentando lo que supone que de un día para otro te hagan cerrar la persiana y te quedes sin ingresos o gran parte de ellos, o se te caigan clientes que al mismo tiempo son empresas y sufren igual que tú este gran golpe. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Sí, he decidido esperar, por mucho que en la medida de mis posibilidades quisiera ayudarles a solucionar, creo que primero tenían que arreglar muchas otras cosas, figúrense, como para ponerse a idear una estrategia a nivel digital y global o el desarrollo de un proyecto de comercio electrónico. Ahora sí, pasados estos 40 días, una vez se ha reflexionado, pasar a esa fase de reinvención es casi obligado.
Antes de plasmar mis reflexiones, les suelto algo de lo que estoy totalmente convencida. Decirles que en 40 días se ha conseguido lo que nos hubiera supuesto 10 años en situaciones normales, se los aseguro, y también les digo algo más, quien no esté ahora mismo poniéndose las pilas para incorporar su empresa, vender sus productos y/o servicios al soporte digital, más bien pronto que tarde, le pasará factura.
Pero veamos algunos hechos que se han producido en estos últimos cuarenta días: Cuántas reuniones online habremos hecho, cuántas personas están teletrabajando desde casa, incluso convirtiéndose en más eficientes, según análisis que he oído últimamente, o cuantos niños, adolescentes y universitarios han pasado de asistir física y diariamente a clases, a encerrarse en su habitación con su ordenador y/o tablet y recibir de sus profesores su formación online. Yendo más allá, nos hemos acostumbrado a leer la prensa digital, por mi parte se ha creado cierta adicción a recorrerla en variedad durante el desayuno, antes me gustaba hacerlo más en papel, en la cafetería habitual. Por otro lado el comercio electrónico cobra más sentido que nunca, todo está cerrado y la única manera de acercarnos a una tienda o comercio, que no sea una farmacia o supermercado, es a través de sus tiendas virtuales. Por cierto acabo de hacer la compra por internet y por fin bajan los periodos de entrega, todo se va normalizando. Lo que decía, hacían falta esos 40 días para que determinados procesos, ideados a toda prisa y por sorpresa, se convirtieran en rutinarios y estoy segura de que mejorarán mucho, así lo estoy percibiendo. Podría poner otros muchos ejemplos, como un sinfín de actividades profesionales, que han pasado a ser importantes y que perfectamente pueden desarrollarse online, (entrenamientos deportivas, consultas psicológicas e incluso médicas, asesoramiento fiscal, laboral y contable, y muchas otras). Si me apuran hasta ya se puede hacer tu propio testamento.
Por último, la que creo que tiene que dar un ejemplo máximo es la administración pública electrónica, debiendo ser el buque insignia de la digitalización y todavía está muy en pañales, para muestra un botón, un par de días antes de iniciarse la cuarentena tuve que renovar el certificado digital de una sociedad. Fue realmente imposible hacerlo online, había que verificar que los administradores fueran quien dicen ser, cuando perfectamente lo podemos demostrar con los certificados digitales personales. Igualmente habría que darle una pensada a la participación y votaciones online en el congreso de los diputados, senados y otras instituciones, ¡señores que estamos en el Siglo XXI!, cuánto podríamos ahorrar con ello.
Soy mucho de ver el lado positivo de las cosas. Estoy 100% convencida que hoy, terminada esta cuarentena de 40 días más los que nos toquen … habremos aprendido muchísimo, no solo a nivel personal y profesional, sino en cultura digital. Sabremos para entonces por ejemplo, que no todo lo que se publica en las redes sociales, WhatsApp y otros soportes es verdadero, que tenemos que contrastarlo y mirarlo con lupa, antes de compartir y reenviarlo. Ya más de uno se lo piensa antes de hacerlo. Sabremos que no podemos dejar para mañana el ser curioso con todo lo que nos puede ofrecer las nuevas tecnologías y métodos digitales, y las ventajas que el uso de estos soportes nos proporciona. Debemos de dejar de pensar que deshumaniza. Aún recuerdo a mucha gente decirme que jamás harían una compra online y hoy están encantados de no tener que ir al super y exponerse. Tenemos que apreciar todas las ventajas que nos proporciona y lo que nos facilita la vida diaria, tanto en el trabajo como en casa.
Independientemente de ser más digitales, la lección más importante que nos dejará este periodo, es haber aprendido a ser mucho, muchísimo más HUMANOS. Ánimo a todos y si en algo les puedo ayudar en cualquiera de las vertientes del área digital para sus proyectos empresariales o profesionales, que seguro que les han bastado 40 días para estar convencidos de que es una necesidad y casi una obligación, por aquí me tienen, a un solo click de distancia.
Contactar
Hablemos de lo que necesitas y adaptemos un plan ajustados a ti, tu empresa o proyecto.
Mentoría
Servicio de desarrollo de estrategia, apoyo y seguimiento de puesta en marcha o mejora .
Consultoría
Contrata una hora de consultoría en los temas y/o problemáticas que necesites .