Para estás últimas vacaciones de Semana Santa, había descargado varios libros sobre Inteligencia Artificial (AI) y ChatGPT que tenía en miras y marcados como pendientes. Me ha sorprendido ver que la mayoría han sido escritos al 80- 90% por esta aplicación, eso si, bajo las indicaciones de una persona humana, que posiblemente antes quizás, ni se habían planteado escribir algo que pasara de un post en un blog o unas pocas páginas. Ellos han sabido anticiparse, aprovechar el momento y el conocimiento de esta Inteligencia Artificial, para completar una de esas tres tareas que siempre se ha dicho que debe hacer un hombre o mujer antes de morir, tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro. Esto último, para muchos era impensable, dado que para ello se requiere no solo de conocimiento sino de mucho tiempo, investigación previa y habilidad para plasmar de la mejor manera lo que se quiere exponer. Lo digo por experiencia, llevo intentando terminar un libro sobre la materia a la que me he dedicado los últimos 25 años desde principios de 2013 y teniendo en cuenta que no me da la vida para todo y que por otra parte, algunos temas son difíciles de sintetizar con sencillez, 10 años después, no he logrado conseguirlo, aunque no ceso en mi tarea. Pero no quiero desviarme de la cuestión que nos atañe, ¿qué pasará cuando ese 20-10% de intervención humana no haga falta? … de ahí han salido las conclusiones que plasmo en los siguientes párrafos, evidentemente sobra decir, que son impresiones personales, con las que posiblemente muchos no estén de acuerdo. Vayamos al tema.
Hace unos meses se empezaría a conocer por gran parte de los mortales esto del ChatGPT y al mismo tiempo la «Inteligencia Artificial» se convertiría en una de las palabras de moda y más buscadas. Tras utilizar el primero en múltiples actividades, he llegado a la siguiente conclusión, que aviso, no va a gustar y con la que posiblemente se discrepe (ya incluso antes de publicar este post me están cayendo algunas críticas): “los trabajos de base intelectual desempeñados por humanos están en el precipicio y van camino de la extinción ” , esos trabajos por los que hasta ahora, tras años de estudio, dedicación y esfuerzo, te hacían merecedor de cierto estatus y con los que podías facturar por aquello en lo que un título, o la experiencia, justificaban que eras experto. Bajo mi criterio, todos esos conocimientos y experiencia de un profesional, en breve no podrán competir con una inteligencia artificial conectada a todo o gran parte del conocimiento humano junto y que además aprende y se enriquece cada día y te ofrece respuestas y soluciones aún mejores. Muchos son los que dicen que no hay que temerle sino apoyarla e innovar con la misma, quizás en este punto en el que estamos, deberíamos cooperar más con las máquinas, enriqueciendo nuestra manera de pensar, en vez de mostrarnos hostiles, pero personalmente creo que esto va a una velocidad con la que difícilmente podamos hacerlo correctamente y es que en cuestión de poco tiempo, cualquier trabajo “intelectual“ estará sometido a una inteligencia superior a la del actual saber humano.
Ilustremos el tema con ejemplos. Alguno de los que me leen tendrá hijos estudiando Traducción e Interpretación, carrera que necesita en muchos sitios nota de corte para entrar a realizarla, pues bien, quien me negaría que en meses, esa figura no sea sustituida por una inteligencia artificial que haga mucho más rápido y eficientemente esas tareas que cualquier humano. Siguiendo con ejemplos, ayer, mientras hacía un descanso para la comida, descanso que por cierto no hará una máquina, salía en las noticias que un medio de Kuwait (Kuwait News) había dado a conocer a una presentadora de televisión creada a través de inteligencia artificial (IA), de nombre Fedha, teniendo esta como objetivo el ser capaz de conducir un informativo en este país, la verdad es que viéndola lo hace bastante bien, estudian ahora cómo darle acento Kuwaití.
En febrero de 1996, Garry Kasparov se batía en duelo contra la computadora Deep Blue de IBM en Nueva York, proclamándose el primero vencedor por 4 puntos a 2, no obstante la computadora se impuso en la primera partida. En Mayo de 1997 la computadora, en una nueva contienda se impuso al ruso. Pensemos que por aquel entonces Deep Blue, no era del todo imbatible, dado que no aprendía de sus errores, cosa que a esta fecha si hace, por lo que veintiséis años después, el resultado indudablemente sería otro, con la diferencia de que quien está compitiendo hoy con ese conocimiento superior no es Kasparov sino la humanidad. Les dejo el video que describe estas dos partidas, para mi gusto muy similar a lo que está pasando actualmente cuando muchos humanos con su «ego saludable», como se menciona en el video con respecto a Kasparov, se sienten imbatibles por una máquina y finalmente ocurre lo que no esperaban.
El presente inmedia-futuro que nos depara la AI (Inteligencia Artificial) es bastante incierto, podría aventurarme a pensar que cualquier trabajo manual, muchos de los que han sido infravalorados hasta ahora, ojo, algunos de ellos nada mal pagado, serán los que prevalezcan sobre los intelectuales, póngase de ejemplo, camarero, albañil, carpintero, electricista, fontanero, emplead@ limpieza etc, aunque sinceramente no se cuanto van a resistir a ser realizados por máquinas o robots … aún así, no lo veo tan accesible, asequible, avanzado y cercano como para con los trabajos donde el conocimiento o habilidades de cabeza priman.
Concluyendo, mi predicción es que si esta inteligencia artificial sigue avanzando como actualmente lo hace, pronto será capaz de no solo escribir los capítulos de un libro, sino de escribirlo entero, componerte sinfonías juntando el talento de grandes músicos, hacerte un artículo de un periódico o cualquier tipo de contrato, un diseño gráfico, o por qué no, los planos de tu propia casa, o detectar si tienes una u otra enfermedad u anomalía en cualquier parte de nuestra anatomía al analizar una placa, tac o resonancia y compararlo con otras miles ya diagnosticadas … y podría seguir. Todo ello son trabajos intelectuales, cuya moneda de cambio es el conocimiento y la experiencia, ganada a través años y esfuerzo por los humanos.
El pasado 29 de Marzo se escribía una carta abierta avalada por alrededor de un millar de firmantes, entre los que se encontraba Elon Musk, el cofundador de Apple Steve Wozniak y otros tecnólogos, empresarios e intelectuales, para frenar durante seis meses el desarrollo y entrenamiento de sistemas de Inteligencia Artificial. Posiblemente estén comprobando que los avances que se están realizando son más rápidos de lo que la sociedad y los reguladores puedan asumir. Por otro lado, Eliezer Yudkowsky investigador y defensor de lo que él ha llamado inteligencia artificial amigable y considerado uno de los fundadores de la AI, va más allá con su carta abierta publicada por la revista TIME en la misma fecha, en la que advierte que esa medida se queda corta y aboga por cerrar los centros de datos de inteligencia artificial y por que la moratoria se aplique de forma «indefinida y mundial”. También hace comentarios tan intranquilizadores como el siguiente: «muchos investigadores inmersos en estos temas, incluyéndome a mí, esperan que el resultado más probable de construir una IA sobrehumanamente inteligente, bajo cualquier circunstancia remotamente parecida a las actuales, es que, literalmente, todos en la Tierra morirán».
Después de lo afirmación anterior, una de las primeras preguntas que me surgió se queda incluso corta y fuera de lugar : ¿Qué será de nuestra sociedad si gran parte de los que hoy engrosamos las listas de población activa pasemos a ser sustituidos por una inteligencia artificial superior, paradójicamente desarrollada por los primeros? … Que cada uno de ustedes llegue a sus propias conclusiones, pero me atrevería a decir que como poco pasaremos a ser una Inteligencia Vintage.