Constantemente pensamos que todo está inventado, pero es en ese mismo momento en el que aparece algo novedoso y que nos deja a más de uno con la boca abierta y pensando en cómo esa idea de negocio no se nos ha ocurrido antes a nosotros. Normalmente son cosas sencillas que están a nuestro alrededor y que normalmente cubren necesidades de personas, profesionales o empresas. Muchas veces se llega a una idea por pura casualidad o por deducción lógica y otras por ese estudio de necesidades de potenciales usuarios o clientes.
Pues bien, este es el principio de los principios, has tenido según tu criterio una buena idea y quieres lanzarte a su desarrollo o valorar si efectivamente debes ejecutarla, para ello tienes que tomar una decisión inicialmente, decisión que muchas veces intentarás consultar con otros ( te recomiendo que a cuantas más personas de tu confianza se lo comentes mejor que mejor pues ellas te darán su punto de vista personal y seguro que te enriquecerá), no obstante la deberás meditar y madurar por ti mismo, analizando y buscando información sobre ella.
Para consultar información deberás acudir a multitud de fuentes, pero sobre todo a internet. Consulta si esa idea existe, si ya está siendo llevada a cabo o está operativa, cómo diferenciarte si así fuera o cómo dar un mayor valor a lo que ya se ofrece como producto o servicio. Este paso es crucial para detectar la oportunidad, para transformarla o para retirarte si fuera el caso.
Evidentemente después de investigada y documentada en bruto, debemos de valorar su realización y puesta en marcha o no. Al respecto, comentar que dentro de las Leyes de Murphy se encuentra una en concreto que es la de la trivialidad, plantea que el esfuerzo dedicado a una decisión es inversamente proporcional a su importancia. De acuerdo con esta ley, las decisiones más importantes por parte de una empresa, profesional o cualquier otra persona reciben menos atención que las decisiones más triviales, en este caso vamos a tomarnos nuestro tiempo en tomar la decisión, ya que esta es estratégica, aspecto este que explicaremos a posteriori y posiblemente si nos equivocamos perderemos tiempo y dinero.
Diferenciemos entonces entre decisiones estratégicas y triviales. Las primeras, son las que implican un mayor compromiso y un componente de irreversibilidad, definiendo esta característica la importancia de la misma, ya que son mucho más complejas. Para analizar estas decisiones estratégicas tendremos en cierta manera que predecir el futuro en muchos e innumerables aspectos, tales como las demandas de nuestros productos y servicios en años posteriores, el comportamiento de nuestra presente o en su caso, de la nueva competencia que se vaya incorporando, las actuales y nuevas tecnologías que están y estarán disponibles, o cualquier otro aspecto económico y social que se den con el tiempo.
Es importante a la hora de valorar nuestra idea y el llevarla a cabo, definir qué ocurriría si la ponemos en marcha o no, comparar y elegir entre alternativas. La pregunta que debiéramos hacernos sería ¿es la alternativa de montar el proyecto u empresa más conveniente que el no hacerlo? . Igualmente debemos identificar y analizar en profundidad los flujos de ingresos y gastos, obteniendo la diferencia entre unos y otros y debiendo de dar esta un resultado positivo.
Otra cosa importante a tener en cuenta, cuando tienes la idea pero no el suficiente dinero como para llevarlo a cabo, es que tendrás que ir a la búsqueda de inversores que estén dispuestos a inyectarte capital para su puesta en marcha, ya hablábamos en un post anterior sobre lo que buscan los inversores en una startup . En relación a esto los proyectos que generalmente interesan a un inversor y las características que debe de tener para que sea bueno son las siguientes:
- Que sea viable y con una ventaja competitiva. Deben tener un mercado claro. Si puedes tener ya clientes con nombres y apellidos por lo menos de los 10 primeros, sería más convincente que cualquier estadística que se pueda plasmar en relación a posibles futuros basados en datos. Aquellas empresas que ya estén en contacto con sus primeros clientes, tienen un acercamiento importante con la realidad, lo que permite pensar o adelantar al inversor que tienen aceptación en el mercado.
- Que sea factible, con un equipo diverso, formados por personas que no tengan un único perfil y que sepan llevar empresas en el día a día. El proyecto además debe poderse desarrollar ahora, ya que en algunos casos, quizás pueda no ser el momento para ello.
- Que sea invertible, se trata en este caso de que el proyecto sea escalable en el tiempo, suponiendo esto que el inversor pueda salir del mismo dentro de cinco años, multiplicando como mínimo por diez su inversión. Tener en cuenta que el inversor lo que quiere es ganar dinero no quedarse como socio en tu empresa.
En general si te estás planteando una idea existen una relación de preguntas que personalmente yo me haría para luego seguir dando todos los pasos necesarios para la creación de nuestra empresa en internet :
- ¿ Está siendo desarrollada por alguien, en ese caso por quién?
- ¿ En qué estado se encuentra el desarrollo? ¿ Está operativa?
- ¿ Qué resultados o impacto visible está teniendo?
- ¿En qué notas ese impacto o resultado visible?
- ¿Crees que podrías aportar algo nuevo y de valor a la idea, haciéndola diferente? En caso de ser si ¿qué es ese algo diferentes?
- ¿Analizando a priori el flujo de ingresos y gastos, la diferencia entre uno y otro es positivo?
- ¿Crees haber destinado el tiempo suficiente con esta idea para convertirla en empresa o proyecto ?
Las respuestas a estas preguntas estoy segura que te resultarán clarificadoras.