Este mes de febrero salía a debate la polémica generada por el ganador del Cartel de Carnaval de Irun que «supuestamente» había sido hecho con inteligencia artificial y digo supuestamente porque a fecha de hoy (que yo sepa), y a pesar de haber creado una gran controversia de opiniones en diferentes redes sociales, nadie ha confirmado al 100% que se trate de una obra generada de manera automatizada, aunque la verdad es que indicios para mi gusto tiene. También se ha sabido que su autor ha venido ganando diferentes concursos a lo largo del tiempo, algunos de un gran parecido entre ellos como estos de 2024.
A su favor diremos que se presentaba y ganaba otros concursos cuando no se tenían acceso, ni se comercializaban estas aplicaciones y aunque a muchos no le guste, a nadie se le prohibe ser «de profesión cartelista» como le llaman por ahí.
Con este artículo voy a intentar profundizar y crear un sano debate en cómo la inteligencia artificial (IA) está impactando en muchas facetas de nuestra vida, tanto personal, profesional o en la sociedad en general, en este caso en un concurso público, donde las autoridades se enfrentan el desafío de determinar si los trabajos presentados son creados por humanos o con la ayuda de IA y si fuera así determinar su ilegalidad o nulidad.
¿Dónde está el límite del uso de la IA para cualquier tipo de trabajo? Vale para unas cosas y para otras no, quien dice cuando es válido su uso y cuando no, si no se permite utilizar para crear una obra de arte, o en este caso un cartel porqué dejarla utilizar para programar una web, hacer un artículo, videos o crear libros (muchos ya la venta), etc … ¿no seríamos un poco injustos e hipócritas si lo hiciéramos?. En los últimos tiempos estamos bombardeados por muchas noticias que auguran que la IA acabará con muchos puestos de trabajo, que si no aprendemos a utilizarla como herramienta, estamos literalmente muertos profesionalmente, así que por qué culpar al que se pone manos a la obra y lo utiliza como herramienta de trabajo. Es evidente que nos enfrentamos a un desafío enorme en relación a la propiedad intelectual, la originalidad y el uso de herramientas para agilizar la creación, sea en el formato que sea. Pongo un ejemplo de ello el descrito a continuación
Aunque realmente en este caso era sabida la autoría, la obra «Portrait of Edmond de Belamy» supuso un hito importante en la intersección del arte y la tecnología, destacando el potencial y las controversias de la inteligencia artificial (IA) en la creación artística.
Este retrato fue creado por Obvious, un colectivo de arte francés ubicado en París, utilizando una red generativa adversaria (GAN – Generative Adversarial Networks- ), una forma de IA que aprende a crear imágenes imitando el estilo de las que se le suministran. La obra forma parte de la serie «La Famille de Belamy» y fue vendida por $432,500 en una subasta de Christie’s en 2018, casi 45 veces su estimación más alta. El hecho de que una obra creada por IA alcanzara tal precio en una casa de subastas de renombre, generó un intenso debate sobre la autoría, la originalidad y el valor del arte generado por IA. En este caso se resaltaron varias cuestiones clave:
- Autoría y Creatividad: ¿Puede considerarse a una IA como creadora, y cómo afecta esto a la noción tradicional de autoría en el arte?
- Valor del Arte: La valoración de una obra de arte generada por IA y cómo se compara con el arte tradicional creado por humanos.
- Futuro del Arte y la IA: El rol de la IA en el futuro del arte y cómo podría cambiar la producción y percepción del arte.
La venta del «Portrait of Edmond de Belamy» no solo demostró la viabilidad comercial del arte generado por IA, sino que también provocó una reflexión más profunda sobre el impacto de la tecnología en la creatividad y la expresión artística.
En el caso que nos ocupa, debemos resaltar la dificultad de establecer la originalidad y autoría en tales concursos, debido a la capacidad de la IA para generar obras competentes sin una forma clara para las autoridades de verificar su origen. Como ya planteaba anteriormente, este escenario genera preguntas importantes sobre la ética, la originalidad y la justicia en los concursos creativos.
Para evitarlo, veamos cómo los autores pueden demostrar la originalidad de su obra en un entorno cada vez más digitalizado y asistido por IA, al tiempo que se preserva la integridad y la valoración del esfuerzo humano en la creación de contenido, podemos considerar aspectos como los siguientes:
- Desarrollo y Transparencia del Proceso Creativo:
El autor o autores pueden compartir sus métodos de trabajo, incluyendo cómo han generado sus ideas, seleccionado temas y desarrollado sus narrativas o diseños. La transparencia en el proceso creativo no solo refuerza la autenticidad, sino que también enriquece la apreciación de la obra por parte de la audiencia.
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Uso de Tecnología de Detección de IA Más Avanzada: Investigar y aplicar las últimas tecnologías en detección de contenido generado por IA. Estas herramientas pueden analizar patrones que son típicamente humanos o inusuales para la IA, ofreciendo una capa adicional de verificación.
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Certificación de Autoría a Través de Blockchain: Explorar el uso de tecnologías blockchain para certificar y verificar la autoría y la originalidad de las obras. Al registrar la creación de contenido en una blockchain, se proporciona un registro inmutable de la autoría y fecha de creación, dificultando la falsificación y el plagio.
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Educación y Conciencia Sobre la Ética en la Creación de Contenido: Fomentar discusiones y formaciones sobre la ética en el uso de IA en la creación de contenido. Educar a los creadores sobre la importancia de mantener una línea clara entre el uso asistido de IA y la creación autónoma puede ayudar a preservar la integridad del espacio creativo.
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Participación en Iniciativas de Autoría Transparente: Unirse o formar iniciativas que promuevan la transparencia en la creación de contenido y la autoría original. Estas iniciativas pueden incluir desde sellos de calidad hasta plataformas de publicación que verifiquen la autoría humana del contenido.
Sin duda el debate está servido, pero a pesar de que a muchos no guste, hoy en día y viendo lo que se nos viene encima, no es pecado utilizar la IA para mejorar competencia, ser más rápido y audaz, no obstante debemos preservar y hacer preservar los principios que deberían de regir lo correcto y lo ético.