El pasado fin de semana tuve una conversación con la hija de una amiga. Ella me comentó que estaba pensando en qué estudiar en el futuro. «Algo que tenga salida», me dijo, recordándome mis propias dudas cuando tenía su edad. En mi caso, me atraían carreras como Bellas Artes o Psicología (en aquel entonces consideradas de escasa salida laboral). Incluso llegué a matricularme unos meses en Psicología, pero finalmente la abandoné por la opción en la que finalmente me dieron entrada y que, en esa época, parecía ofrecerme mejores oportunidades: Ciencias Económicas y Empresariales. Esa conversación se quedó en mi mente durante todo el día, reflexionando sobre lo que elegiría hoy si estuviera en su lugar, especialmente con el auge de la Inteligencia Artificial pisándonos los talones. Supongo que muchos padres y estudiantes se hacen la misma pregunta al enfrentarse a la decisión de qué carrera escoger. Así que, por si sirve de algo, aquí quiero ofrecer mi explicación de por qué no deberíamos descartar carreras que, a primera vista, parecen tener pocas salidas, pero que podrían estar emergiendo en áreas donde la IA no puede sustituir al ser humano. Pero antes describamos con una metáfora que se suele utilizar, lo que es la Inteligencia Artificial
La Caja de la que se nutre la Inteligencia Artificial
Imaginen que introducimos en una caja toda la información que hemos acumulado a lo largo de los siglos: conocimientos sobre matemáticas, literatura, historia, filosofía, ciencia, y más. La Inteligencia Artificial (IA), entrenada con esos datos, trabaja dentro de esa caja. Lo que hace la IA es explorar los contenidos de esta caja, conectar diferentes puntos de información y, basándose en lo que ya existe dentro, generar respuestas. La IA puede parecer asombrosamente creativa, pero en realidad solo está utilizando los datos que hemos introducido previamente en esa caja de conocimiento. Sus respuestas, aunque a veces nuevas o sorprendentes, están limitadas a lo que ya se encuentra dentro de esa caja.
Esta metáfora nos permite entender una de las limitaciones fundamentales de la IA: por muy avanzada que sea, solo puede trabajar con lo que ya hemos descubierto, registrado o programado. No tiene la capacidad de ir más allá de los datos disponibles para hacer preguntas verdaderamente originales o abordar los problemas desde una perspectiva emocional, ética o cultural o por lo menos por ahora . Aquí es donde los estudios de Humanidades juegan un papel crucial.
El Valor de Pensar Fuera de la Caja
A diferencia de la IA, los seres humanos no estamos limitados a esa caja de contenidos. Nosotros podemos pensar más allá, podemos hacer preguntas que aún no tienen respuestas y, lo más importante, podemos cuestionar lo que hay dentro de la caja desde una perspectiva que incluye no solo la lógica, sino también la emoción, la ética y la experiencia personal. Los estudios de Humanismo Digital y humanidades nos enseñan a desarrollar estas habilidades únicas y esenciales.
Las humanidades —incluyendo filosofía, historia, literatura y artes— permiten a los humanos explorar lo que significa ser humano. Nos capacitan para experimentar y comprender fenómenos que la IA no puede abordar, como la empatía, la creatividad y el sentido del propósito. Mientras que la IA puede procesar información, solo los humanos podemos entender verdaderamente el contexto cultural y moral de esa información. En este sentido, el Humanismo Digital busca equilibrar el desarrollo tecnológico con una comprensión profunda de su impacto en la sociedad.
El Futuro del Trabajo y la Colaboración con la IA
A medida que la IA se convierte en una parte central de nuestras vidas y trabajos, muchos de los campos técnicos que antes se consideraban seguros, como la programación y el análisis de datos, están siendo automatizados. Sin embargo, las disciplinas relacionadas con las humanidades, como las artes, la filosofía y la literatura, ofrecen algo que la IA nunca podrá: la capacidad de cuestionar, imaginar y generar nuevas ideas desde un lugar de creatividad e inspiración humana. Ya lo dicen dos premios Nobel de literatura, Mo Yan ( Guan Moye) y Abdulrazak Gurnah, quienes sostienen que el «pensamiento único y vívido» de los escritores seguirá siendo «insustituible» por la IA, y que la obra de un autor experimentado es difícil de imitar para una computadora
En el contexto del Humanismo Digital, esta colaboración entre IA y humanos resalta que, aunque las máquinas puedan realizar tareas técnicas a una velocidad asombrosa, es nuestra capacidad de pensar fuera de la caja, de la que antes hablábamos, lo que impulsará la innovación y el progreso ético. La IA puede ayudarnos a resolver problemas técnicos, pero solo los humanos podemos preguntarnos por qué esos problemas importan y cómo sus soluciones impactan en nuestra sociedad.
La Humanidad en la Era de la IA
A medida que avanzamos hacia una sociedad más automatizada, las humanidades nos proporcionan las herramientas para mantenernos conectados con lo que realmente nos hace humanos. La IA no puede experimentar emociones, ni tiene la capacidad de reflexión ética o moral. Por eso, los estudios de humanidades son cruciales para guiar el desarrollo y el uso de la IA en un contexto que promueva el bienestar social.
En el marco del Humanismo Digital, es fundamental que, mientras las tecnologías como la IA continúan avanzando, sigamos cultivando habilidades humanas como el pensamiento crítico, la creatividad y la empatía. Estas cualidades, que son intrínsecas a la humanidad, nos permiten liderar la tecnología de manera que no solo sea eficiente, sino también ética y alineada con los valores humanos.
Conclusión
En un mundo donde la Inteligencia Artificial parece estar alcanzando límites que antes parecían imposibles, las humanidades y el Humanismo Digital son más importantes que nunca. Nos recuerdan que, aunque las máquinas puedan procesar grandes volúmenes de información, solo los seres humanos tenemos la capacidad de pensar fuera de la caja. Este pensamiento crítico, creativo y ético es lo que permitirá que la IA evolucione de manera que siga beneficiando a la sociedad en lugar de limitarla.
Las humanidades, lejos de ser disciplinas relegadas al pasado, son la clave para el futuro. En la era de la Inteligencia Artificial, será nuestro enfoque humanista lo que permitirá que sigamos siendo los guías de nuestro propio progreso. La creatividad, la imaginación y la capacidad de soñar siguen siendo prerrogativas exclusivamente humanas. Y es precisamente esa chispa de humanidad lo que asegurará que las máquinas no solo sean herramientas útiles, sino aliadas en la construcción de un futuro mejor para todos.